31/12/08

PASEO SONORO DESDE EL HOGAR
(*) Hildegard Westerkamp

Escuche.
Las palabras en esta página impresa son sonido.
Escuche.
La voz silenciosa en esta página impresa, es sonido.
Escuche.
La vida en este vecindario es sonido.
Escuche.
Disponga de una hora y salga a caminar por su vecindario.
No haga otra cosa más que escuchar.
Si está caminando con otra u otras personas, deje claro que esta hora transcurrirá en silencio. Escuchen juntos a todo.
Abra la puerta del lugar en que vive, salga y escuche.
Camine y escuche.
Deténgase y escuche.
Doble en la próxima esquina y escuche.
Encuentre un lugar favorito en su vecindario y escuche.
No hable con nadie.
Siga caminando y escuche.
Escuche las voces mientras camina.
Escuche las pausas.
Escuche.
Hay sonidos porque es este momento en el día.
Deténgase y escuche.
Escuche zumbidos y motores cantos de pájaros y pausas entre los cantos de los pájaros.
Escuche los ecos.
Escuche su respiración y sus ritmos sus pasos y sus ritmos.
Deténgase un momento y escuche sus pensamientos.
Déjelos pasar como el sonido de un auto.
Sígalos hasta que ya no pueda escucharlos.
Escuche las pausas entre las sirenas y bocinas y aviones.
Los sonidos de esta estación.
De ropas y del viento.
Escuche a la distancia.
Deje de escuchar por un momento.
Regrese a casa.
¿Escuchó Usted los sonidos de este lugar de este momento en su vida?
Disponga de otra hora en otro día y salga a caminar por su vecindario y no haga otra cosa que escuchar.
(*) Vancouver B.C., febrero de 1997 Publicado orginalmente en: The New Soundscape Newsletter, Nr. 4Extraído del site del Proyecto Paisaje Sonoro Uruguay:
http://www.eumus.edu.uy/ps/txt/westerkamp2.html
NUNCA VI UN SONIDO
(*) R. Murray Schafer

Ahora quisiera hablar de los sonidos.
El mundo está lleno de sonidos.
No puedo hablar de todos ellos.
Hablaré de sonidos que importan.
Para hablar de sonidos, produzco sonidos. Creo - un acto original que realicé en el mismo momentoen que emergí en esta tierra.
La creación es ciega.
La creación es sonora.
"En el comienzo, Dios creó el cielo y la tierra" - con su boca.
Dios nombró el universo, pensando en voz alta.
Los dioses egipcios existieron a partir de que Atum, el creador, los nombró.
Mithra existió a partir de las vocales y las consonantes.Los dioses terribles existieron a partir del trueno.
Los dioses fructíferos existieron a partir del agua.Los dioses mágicos existieron a partir de la risa.
Los dioses místicos existieron a partir de ecos distantes.
Toda creación es original. Todo sonido es nuevo. Ningún sonido puede ser repetido de manera exacta.
Ni siquiera tu mismo nombre.
Cada vez que se lo pronuncia es diferente.
Y un sonido oído una vez no es lo mismo que un sonido oído dos veces, así como un sonido oído antes no es lo mismo que un sonido oído después. Todo sonido se suicida y no vuelve. Los músicos lo saben. Ninguna frase musical puede repetirse de manera idéntica dos veces.
Los sonidos no pueden conocerse de la misma manera que puede conocerse lo que se ve.
La visión es reflexiva y analítica. Coloca las cosas una junto a la otra y las compara (escenas, diapositivas, diagramas, figuras ... ). Esta es la razón por la cual Aristóteles prefería la visión como "la fuente principal de conocimiento".
Se puede conocer lo que se ve. Se puede nombrar lo que se ve.
Lo sonoro es activo y generativo. Los sonidos son verbos. Como toda creación, el sonido no es comparable. Por lo tanto, no puede existir una ciencia del sonido, sólo sensaciones ... intuiciones ... misterios ...
En el mundo occidental, y por algún tiempo, la vista ha sido el referente para toda experiencia sensorial. Predominaron las metáforas visuales y los sistemas escalares. Se inventaron ficciones interesantes para pesar o medir sonidos; alfabetos, escrituras musicales, sonogramas. Pero todos saben que no se puede pesar un susurro o contar las voces de un coro o medir la risa de un niño.
Posiblemente sea ir demasiado lejos afirmar que en una cultura aural, la ciencia, especialmente la física, la matemática y sus subordinadas -estadística, fisiología, psicología empírica, dibujo, demografía, la banca, etc. (la lista es larga)- desaparecerían. Tal vez sea suficiente decir que en culturas puramente aurales ellas no aparecen.
¿Me fui de tema?
Estaba diciendo que todo en el mundo había sido creado por el sonido y analizado por la vista. Dios primero habló, y recién después vio que estaba bien.
¿Qué pasa si no está bien? Entonces, Dios destruye con sonido. El ruido mata. La guerra. El Diluvio Universal. El Apocalipsis.El ruido bloquea. Convierte el lenguaje en un políglota; es lo que sucedió en Babel. Cuando el ruido del mundo se convirtió en algo tan grande que molestaba "incluso a las partes interiores de los dioses", éstos liberaron el Diluvio Universal (Epic of Gilgamesh).
Algunos dicen que el sonido del apocalipsis será de una intensidad tal que destruirá los oídos (Mahoma en el Corán o Juan de Patmos en la Revelación). Otros sostienen que "el mundo no terminará con una explosión, sino con un gemido". En cualquier caso, va a sonar, porque todos los acontecimientos traumáticos conservan el sonido como su medio expresivo: guerra, violencia, amor, locura. Sólo la enfermedad es silenciosa y no consiente el análisis.
Vengan conmigo y siéntense en la platea de la vida. Los asientos son gratuitos y el entretenimiento es continuo.
La orquesta mundial está tocando permanentemente. La oímos de adentro y de afuera; de cerca y de lejos.
No existe el silencio para los vivos.
No tenemos párpados en los oídos.
Estamos condenados a oír.
Oigo con mi pequeño oído ...La mayor parte de los sonidos que oigo están ligados a cosas. Uso los sonidos como indicios para identificar dichas cosas. Si están ocultas, los sonidos las revelarán. Oigo a través de la selva, a la vuelta de la esquina y por encima de los montes.
El sonido llega a lugares a los que la vista no puede.
El sonido se zambulle por debajo de la superficie.
El sonido penetra hasta el corazón de las cosas.
Si dejo de tener en cuenta las cosas a las cuales el sonido está ligado el mundo fenomenológico desaparece. Me vuelvo ciego. Soy arrastrado sensualmente por la vasta música del universo.
Todo en este mundo tiene su sonido - incluso los objetos silenciosos. Conocemos los objetos silenciosos golpeándolos. El hielo es delgado, la caja está vacía, la pared es hueca.
He aquí una paradoja: dos cosas se tocan pero sólo se produce un sonido. Una pelota rebota contra la pared, una baqueta golpea un tambor, un arco frota una cuerda. Dos objetos: un sonido.
Otro caso en el que 1 más 1 es igual a 1.Tampoco es posible unir sonidos sin que cambien su carácter. La paradoja de Zeno: "Si una medida de granos derramado sobre el piso produce un sonido, cada grano y cada parte de cada grano deben producir también un sonido, lo cual, en realidad, no es cierto":
En acústica, la suma es igual a una diferencia.
Los sonidos me hablan de espacios, sean grandes o pequeños, estrechos o amplios, interiores o exteriores. Los ecos y la reverberación me brindan información acerca de superficies y obstáculos. Con un poco de práctica puedo comenzar a oír "sombras acústicas", tal como hacen los ciegos.
El espacio auditivo es muy diferente del espacio visual. Nos encontramos siempre en el borde del espacio visual, mirando hacia adentro del mismo con nuestros ojos. Pero siempre nos encontramos en el centro del espacio auditivo, oyendo hacia afuera con el oído.
En consecuencia, la conciencia visual no es igual a la conciencia aural. La conciencia visual mira hacia adelante. La conciencia aural está centrada.
Yo me encuentro siempre en el corazón del universo sonoro.
Me habla con sus muchas lenguas.
Me habla con las lenguas de los dioses.
No se puede controlar o estructurar el universo acústico. Más bien lo contrario. Esta es la razón por la cual las sociedades aurales son consideradas no progresivas; es que no miran hacia adelante.
Si quiero ordenar el mundo debo convertirme en un "visionario".Entonces, cierro mis oídos y construyo cercas, líneas de propiedad, caminos rectos, paredes.
Todos los temas principales de la ciencia y la matemática desarrollados en el mundo occidental son silenciosos (el continuo espacio-tiempo de la relatividad, la estructura atómica de la materia, la teoría ondulatoria-corpuscular de la luz) y los instrumentos desarrollados para su estudio, el telescopio y el microscopio, la ecuación, la gráfica y, por encima de todo, el número, son también silenciosos.
La estadística trata con un mundo de cantidades que se presume silencioso.
La filosofía trata con un mundo fenomenológico que se presume silencioso.
La economía trata con un mundo material que se asume silencioso.Incluso la religión trata con un Dios que se ha vuelto silencioso.
La música occidental también está concebida a partir del silencio. Durante dos mil años ha estado madurando dentro de paredes.
Las paredes introdujeron una cuña entre la música y el paisaje sonoro. Los dos se separaron y se volvieron independientes.
La música dentro; el pandemonium (es decir, los demonios) afuera.Pero todo lo que se ignora regresa. La oscuridad vehemente del paisaje sonoro regresa para enfrentarnos en la forma de contaminación sonora.
En tanto problema articulado el ruido pertenece exclusivamente a las sociedades occidentales. Se trata de la disonancia entre el espacio visual y acústico. El espacio acústico permanece soslayado porque no puede ser poseído. Se le retiran los privilegios - una alcantarilla sonora. Hoy vemos el mundo sin oírlo, desde atrás de edificios vidriados.
En una sociedad aural todos los sonidos son importantes, aún cuando apenas se los alcance a oír casualmente."En el momento en que oigas el grito de la grulla inicia la plantación de invierno" (Hesiodo: Trabajos y días).
En Ontario la señal para parar de taladrar los arces es cuando se oyen las ranas de primavera; después de ello, el hielo se derrite, la savia es más oscura, el jarabe es inferior.
Otro ejemplo: un hombre camina por la nieve. Se puede saber la temperatura a partir del sonido de sus pasos. Es una forma distinta de percibir el medio ambiente; una en el que los sentidos no están divididos; una que reconoce que toda la información está interconectada.
Algunos sonidos son tan únicos que una vez que uno los oye jamás podrá olvidarlos: el aullido de un lobo, la llamada del somorgujo, una locomotora a vapor, una ametralladora.
En una sociedad aural sonidos como éstos pueden ser resaltados y mimetizados en una canción y en el habla tan fácilmente como la sociedad visual puede hacer un dibujo o un mapa.
La sociedad visual siempre se muestra sorprendida por la capacidad de retención aural de personas que no pasaron aún por la fase visual. El Corán, la Kabala y la Ilíada fueron memorizados una vez.
Recuérdalo.
El ser humano visual tiene instrumentos para ayudar a retener las memorias visuales (pinturas, libros, fotografías). ¿Cuál es el dispositivo para retener memorias aurales?
La repetición.
La repetición es el medio de la memoria para el sonido.
La repetición es el medio por el cual los sonidos son retenidos y explicados.
La repetición es el medio por el cual la historia del mundo se afirma.
La repetición nunca analiza; simplemente insiste.
La repetición hace que el escucha participe en la declaración, no comprehendiéndolo, sino conociéndolo."Está escrito, pero te digo que... " Y te lo diré una y otra vez, porque hay que Oír para Creer.
Cuando logramos liberarnos del predominio del mundo visual-analítico y lo reemplazamos por la intuición y la sensación, comenzamos a descubrir nuevamente la verdadera afinación del mundo y la exquisita armonía de todas sus voces.
Encontraremos el centro.
Entonces, todo el cuerpo se convertirá en oído y todos los sonidos vendrán a ti, los conocidos y los desconocidos, los dulces, los tristes y los urgentes.
Cuando mi cuerpo yace en la noche blanco y azul en la cama, todos los sonidos llegan a mí desde su propio acorde, sin apuro, extrañamente mezclados, los levemente tonales y los suaves crujidos de las montañas. En ese momento, oír es estar en alerta máxima ... y oigo cantos delante mío ... cuando voy más allá "al país que ama el silencio".

(*) Publicado originalmente en: R. Murray Schafer: Voices of Tyranny, Temples of Silence Traducción: Grupo Paisaje SonoroExtraído del site del Proyecto Paisaje Sonoro Uruguay:
http://www.eumus.edu.uy/ps/txt/schafer.html

LA SORDERA Y LECTOR DE SONIDO
(*)(Apuntes sobre arte acústico)
Fabiano Kueva

“El pensamiento se hace en la boca” (Tristan Tzara )

Todo suena y cada sonido es único, irrepetible e instantáneo. Ese sonar nos define, nos hace individuos y sociedad, os abre al diálogo, a la memoria.
Pablito clavo un clavito y Dios dijo:
“confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan unos a otros…..”

Somos hijos del cuento ancestral hecho radionovela o campaña política, del canto chamánico en versión gingle, del tráfico en hora pico y la piratería. Hijos de las palabras, de las mentadas de madre a mitad de la calle, de las declaraciones de amor en teléfono público y las encuestas.
Somos la manera en que nos nombran y en que nombramos las cosas para poder seguir existiendo. Hijos del sonido, de la acústica de las plazas, zonas rojas, iglesias coloniales, casas de caña y estaciones de ferrocarril.
Somos hijos del disco, el cartucho, el casette y el compacto. Las canciones que de nuestra boca caen al aire y que del aire caen hechas rockola, tropical, regional, romántica, folclórica, grunge, tecno, punk, pop, newage, metal, hip hop, trance, rock, hard core, death, o jungle …..hasta agobiarnos o embrutecernos.
Somos la tensión y dispersión que cada día nos hace iguales, distantes e ilegibles unos de otros. Somos fragmentos, pedazos de sentido, tiempos que se suceden de manera simultánea, fatal e involuntaria.
Somos una realidad de piezas en espera… nos vamos difuminando en eco, nos bautizaron de BULLICIO y CAOS, nuestro cotidiano es: la SORDERA.
¿Qué clase de clavito clavó Pablito?
“por eso Dios la llamó Babel…”

La SORDERA en Latinoamérica es un escenario complejo, donde convergen tecnologías de casi punta, pulsiones, identidades, glamour, trámites burocráticos, industria cultural, outsiders, etc.
Esa SORDERA nació hace varias décadas bajo la política de la exclusión, de la intolerancia. Su táctica fue CALLAR O DECIR POR NOSOTROS PARA CALLARNOS. Hoy la política de la SORDERA es inversa: TODOS DECIMOS AL TIEMPO DE MANERA QUE TODA VOZ SE PIERDE Y AUMENTA LA SORDERA.
La SORDERA de hoy nos quita los sonidos del cuerpo, la palabra de la boca, el ambiente de nuestro barrio, el rechinar de nuestra cama y nos devuelve nulidades, vacíos de significado, imposibilidad de ser y de dialogar.
Nuestros países no han escapado a la confusión, a la promiscuidad mediática, al culto por el producto de consumo masivo, a las estrategias de desalojo, asimilación y desecho.
En esa realidad el Arte Acústico es un arte emergente que intenta interrogar a la realidad e interrogarse a sí mismo de una manera sutil y frontal. Un arte que recupera el acto ritual de la escucha como acto de comunión, de azar, de placer íntimo que se comparte y se prolonga con y por el Otro.
Somos deudores de todas las vanguardias. De las poesías, de los teatros, de las músicas, de las artes visuales, de los cines, de los manifiestos, de los escándalos…
Hacer Arte Acústico es una manera de resistir a la SORDERA, es un acto político a favor de la diferencia, del derecho a elegir, es un acto de amor, una obra de Autor.
Juguemos en el bosque…
RAEL nació en Ecuador y ha trabajado durante 6 años en un proceso que tiene como objeto renovar las posibilidades del lenguaje radiofónico y ampliar la aplicación del sonido hacia estrategias artísticas.
Nuestra propuesta intenta ir más allá de la Radio, es decir de los programas diseñados y realizados para ser transmitidos por emisoras. Creemos en una política de audición e intervención en espacios no convencionales.
Nuestro Arte con Sonido es reciente y circula en dos ámbitos: Medios de Comunicación Radial y Arte Contemporáneo. Esa movilidad en ambos circuitos da una dinámica y una trascendencia especial a los proyectos y obras, pero que enrarece el momento de legitimar su discurso y sus resultados.
Todavía lo que el Arte Contemporáneo local considera importante es condenado de elitista o difícil por los Medios Radiales y lo que éstos consideran importante es ignorado por el Arte Contemporáneo local.
Este sesgo sin duda proviene de la tradición VISUAL del Arte Contemporáneo local y del limitado concepto de obra y público que mantienen los Medios Radiales.
Mientras escribo estos apuntes, dos reconocidos artistas visuales ecuatorianos, han comentado lo siguiente de uno de mis trabajos:
“Que desespero, si oigo ESTO necesito ver imágenes….”
“¿Vas a presentar ESTO sin respaldo de imágenes?”
El ejemplo es gráfico, a un trabajo con sonido se le puede llamar: ESTO, supongo además que el tipo de imágenes que me piden es visual. Pero el tipo de imagen con que trabajo es acústica.
Más allá de anécdotas, queda en evidencia, primero: la polémica no resuelta entre Obra de Arte y Producto de Comunicación hecho con sonido y segundo: la necesidad de material teórico multidisciplinario que desde el Arte Acústico establezca presupuestos mínimos para la discusión y comprensión de este tipo de obras en Latinoamérica.
Pero ¿Qué es una Obra de Arte Acústico?
Es un híbrido. Una aplicación que rebasa los géneros narrativo, no narrativo, poético, antipoético, musical o antimusical. Un Arte que registra, procesa, manipula y compone el sonido, bajo el mecanismo discursivo del montaje para intervenir en canales radiales y espacios alternativos.
Un gesto amplificado que empieza cada día y termina cada noche, cuyo fin no es la trascendencia, ni la estética de lo bello o decorativo , sino el desarreglo, la irrisión, el desprestigio de la SORDERA.
Una obra abierta, una expresividad que nace y se continúa en lectoras y lectores, a su manera y en su universo simbólico. ¿Por qué lectores? Porque términos accesorios como oyente, público o espectador resultan groseramente pasivos.
Una Obra de Arte sin público: para individuos, para soledades. Donde la mirada no existe, donde la analogía con lo visual resulta insuficiente.
El Arte Acústico es obra de ojos cerrados, que evoca olores, sabores, tactos, desordena la totalidad de nuestros sentidos, pone paréntesis a nuestras formas de representar la realidad y nos deja hundidos en una inseguridad lógica.
Si el lobo aparece enteros nos comerá…
El Arte Acústico es también un arte de tecnología y vivimos una era de proliferación tecnológica. Cualquier adolescente de clase media recibe de Papá Noel juguetes midi y computadoras multimedia con software para editar sonido, hacer sus propios discos compactos y sorprender a su novia y amigos. Este adolescente años más tarde se reclama “artista ”. Versión tecno de la SORDERA.
Entonces: ¿Quién es el Artista?
El artista, es la Autora, el Autor, esa persona que a partir de herramientas no solo tecnológicas sino, y fundamentalmente, de lenguaje, de discurso, determina una obra que lo supera, que tiene sentido a partir del lenguaje y discurso del otro. En su trabajo intelectual y sensible queda reivindicada la persona sobre la máquina.
Mientras digo esto, los técnicos, los aplasta botones, se erigen, por lo menos en Ecuador, como nuevos ricos, como celebridades de la cultura oficial.
¿Donde está el Arte Acústico?
El Ecuador es un país de 12 millones de habitantes con cerca de 300 emisores. Paradójicamente ese medio radial es precario, el nivel de los mensajes que se circulan es muy básico, vivimos una generalizada miseria del lenguaje, el evidente fracaso de las élites locales.
El medio radial ecuatoriano ignora que existe un sujeto, mucho menos un lector: el gran ausente del rating. No hay lugar a las respuestas y mucho menos a la reflexión o al aporte creativo del lector.
Con RAEL, el Arte Acústico inició una paulatina crítica e inserción en ese medio, los resultados han sido importantes e inconclusos. No solo por la realización y difusión de abundante obra experimental jamás escuchada en Ecuador, sino por nuestra propuesta de mejorar la calidad de mensajes que se consumen, influenciar el medio, dejar que los nuevos conceptos permanezcan en el ambiente y ser catalizadores de una cultura y una creatividad acústica que va más allá de la figura del artista y más allá de RAEL como grupo.
De pronto muchas emisoras tanteaban recursos de Radio Arte: un poco de reverberación, uno que otro dramatizado, algún trabajito de voz, ambientes y efectos copiados, buenas intenciones pero no más. Por desgracia los contenidos siguen siendo los mismos. Renovar ese medio radial es un proceso en el que seguimos.
El Arte Acústico está en otra parte…
La verdadera cara de la promiscuidad mediática sigue siendo la censura. RAEL emitió su último programa al aire en enero de 2.000, fuimos sacados, no de una emisora comercial, sino de una emisora cultural y ciudadana, de propiedad de una universidad privada. La acusación fue de PORNOGRAFÍA a nuestra serie de obras sobre el EROS y el SONIDO. Desde ese día no hemos vuelto al aire, ni volveremos. Gran cantidad de nuestras obras aparece inédita a los canales radiales.
De nuestra experiencia de 4 años al aire en dos emisoras, nos quedaron lectoras, lectores y optamos por un trabajo cuerpo a cuerpo con ellos. Desplazamos nuestros trabajos a un espacio más libre, más vitales, más cotidianos, más efectivos.
Un año de Audio Foros en el Centro Goethe de Quito. Estreno de obras mediante performances e instalaciones en una Plaza de Toros y en un Teatro con llenos totales. Audiciones Públicas en Cines presentando Arte Acústico en cartelera regular: Audiciones arbitrarias, sin anuncio de ningún tipo, en Plazas Públicas del Centro de Quito, una Semana de Conversatorios y Audición en una de las Galerías de Arte más importante de Ecuador. Miles de nuevos lectores, con intereses, oficios y expectativas distintas. Una búsqueda mutua.
Este desplazamiento de los canales radiales hacia otros espacios está más que justificado y nos ha marcado como Autoras y Autores. Nuestra estrategia de aproximación obra- lector es ahora más directa. El rechazo, el miedo, la risa, el gozo de las personas es indispensable para cada obra. En Arte Acústico caben todas las lecturas incluso, y mucho más, las lecturas irregulares, marginales.
Este desplazamiento ratifica además del carácter popular de nuestro Arte Acústico, todas nuestras actividades han sido abiertas, gratuitas o a entrada mínima. Arte legitimado por si mismo, a espaldas de toda institucionalidad.
Futuro Incierto…
Las perspectivas del Arte Acústico son impredecibles por tanto alentadoras, sabemos que en varios países de Latinoamérica se está trabajando, lo que ratifica una trayectoria compartida. Ahora nos toca movernos a ese nivel, hacer que las obras ecuatorianas se oigan en Guatemala y las mexicanas en Perú. Compartir este aprendizaje, estos hallazgos y desencuentros entre todos.
Un sistema satelital es un puente de mucha ayuda, de hecho las dos últimas obras de RAEL se han difundido por ese canal, ahora necesitamos que esas obras bajen del satélite a las plazas, a los patios, a las aulas de clase de nuestros países.
El Arte Acústico sale a nuestro encuentro, para poder oírnos más, oírnos bien, entendernos, querernos y no olvidarnos.
No me gustan las conclusiones prefiero la confesión:
Con el oficio del sonido se reaprende el SILENCIO, ese estado tan sagrado para nuestros mayores, ese estado capaz de contener todas nuestras voces, sonidos y palabras. La obra de Arte Acústico por excelencia es un silencio prolongado antecedido de créditos.
Después del SILENCIO, la SORDERA tendrá los días contados.
Muchas Gracias.

(*) Radio Artística Experimental Latinoamericana Mayo 2.002 QUITO - ECUADOR

EL ENSUEÑO Y LA RADIO
(*)Gaston Bachelard
En el umbral de un artículo, tal vez fuera bueno crear una palabra nueva. Sin palabra nueva nada se gana para el artículo. La radio es un problema enteramente cósmico: todo el planeta habla de ella. Pero nos será necesario definir un concepto.El concepto es el siguiente: los bergsonianos han hablado de una biosfera, es decir, de una capa viva en que hay bosques, animales e incluso hombres. Los idealistas han hablado de la noosfera, que es una esfera de pensamiento. Se ha hablado de la estratosfera, de la ionosfera: felizmente, la radio se beneficia con una capa ionizada. ¿Cuál es la palabra conveniente para ese término mundial? Es la logosfera. Todos nosotros hablamos en la logosfera. Todos somos ciudadanos de la logosfera.La radio es en verdad la realización integral, la realización cotidiana de la psique humana. El problema que se plantea al respecto no es pura y simplemente un problema de comunicación; no es simplemente un problema de información; pero, de una manera cotidiana, dentro de las necesidades no sólo de información sino también de valor humano, la radio se encarga de presentar lo que es la psique humana.En la psique humana se encuentran de manera natural valores claros. En el siglo XX, estamos constituyendo una especie de palabra universal: todas las lenguas vienen a hablar, pero no se confunden; no es una Torre de Babel; por el contrario se trata de una clasificación, de una limitación muy social de todas las longitudes de onda, de manera que todo el mundo pueda hablar sin turbarse. Antes de fines del siglo XVIII se hablaba de las conversaciones de café: eran sumamente confusas; se habla de un rincón del café y no se oye en el otro. Pero en el mundo universal animado por la radio, todo el mundo se oye y todo el mundo puede escucharse en paz.Realización completa de la psique humana. En consecuencia, es necesario irse hacia la base, es necesario ir hacia los principios del inconsciente. Es necesario descubrir en el inconsciente las bases de la originalidad humana.La radio es una función de originalidad. No puede repetirse. Día con día debe crear algo nuevo. No es simplemente una función que transmita verdades e informaciones. Debe tener una vida autónoma en esta logosfera, en este universo de la palabra, en esta palabra cósmica que es una nueva realidad en el hombre. Es necesario que vaya a buscar al fondo humano principios de originalidad.Lo cual será una paradoja. Pues si la radio debe encontrar temas de originalidad, no debe ser fantasista. La hora de la fantasía es una hora particular, es un valor enteramente accidental. Tiene su hora: es necesario que el mundo se divierta, que los padres y los hijos tengan su hora de relajamiento. Pero la fantasía no lo es todo. Cuando un filósofo como Kierkegaard dice que el mundo empieza por lo fantástico, dice una palabra fácil de desenmascarar. Pero es necesario que el hombre posea cada día esa fuerza de lo fantástico. ¿Dónde la encontrará?La encontrará en el fondo de su inconsciente. Por tanto es necesario que la radio encuentre el modo de hacer comulgar a los “inconscientes”. Mediante ellos va a encontrar cierta universalidad, y por ese motivo se crea una paradoja: el inconsciente es algo que conocemos mal.He ahí entonces el problema medular: ¿es posible que se instauren horas de radio, que se desarrollen temas de radio vinculados al inconsciente, que en cada onda va a encontrar el principio del ensueño?Sería bueno que, junto al ingeniero de antena, hubiese un ingeniero- todavía está por crearse la palabra después del concepto-, un ingeniero psíquico.Hay indicativos que son bromas sonoras pesadas, que lastiman al oído, que rechinan, que se instalan en el inconsciente y dan pesadillas.Sería necesario cambiar indicativos, habría que suavizarlos: “¡Suavidad antes que nada!”, podría decirse al principio de una emisión.Por tanto, es mediante el inconsciente como se puede realizar esa solidaridad de los ciudadanos de la logosfera que poseen los mismos valores, la misma voluntad de suavidad, la misma voluntad de sueño. Si la radio supiera dar horas de descanso, horas de calma, sería saludable ese sueño radiodifundido. Algunos dirán: “¡Vaya! ¡Es la hora de los soñadores! Las personas enérgicas no la escucharan jamás.” Pero se necesita que haya la hora de los soñadores, que haya la hora de la calma. La radio es una realización integral de la psique humana, es necesario que encuentre la hora y el método que harán comulgar a todos los psiquismos en una filosofía del reposo.A fin de ilustrar ese pensamiento, se trata de poner un ejemplo: el tema de la casa. Es un arquetipo: es un tema de verdad arraigado en el psiquismo de cada individuo. Desarrollarlo es hacer comprender que ya no existe lo pintoresco, que lo pintoresco es precisamente lo fantástico, es divertimiento, que debe despertar algo en el espíritu del individuo. Se le puede atraer a soñar con un domicilio, con el interior de una casa. Se le pueden evocar sus recuerdos de infancia. Pero no se trata de una regresión, de volver a dichas olvidadas y sepultadas. Se trata de mostrar poco a poco al oyente la esencia del sueño íntimo. Por eso conviene perfectamente el tema de la casa, que es el lugar de la intimidad.Basta con hacer la experiencia al respecto para darse cuenta e que, por el ancho mundo y entre personas de muy distinta cultura, existe un arquetipo casa.Esa noción de arquetipo es extremadamente importante en filosofía psicoanalítica. Pero entre algunos psicoanalistas tiene mal cuño. ¡Sin duda porque es la teoría de Hobbes y porque Hobbes es un idealista!Por tanto, hablar de la casa a quienquiera que sea. Hablar de ella tranquilamente. Hablar de ella por radio, en el momento en que no se ve al individuo, en el momento en que él no ve a nadie. Pues la ausencia de un rostro que habla no significa inferioridad; significa superioridad; lo cual es precisamente el eje de la intimidad, la perspectiva de la intimidad que va a abrirse.Un oyente es el norte, del Mediodía, otro es del este, del oeste. Pero cada uno de ellos posee un arquetipo de casa natal: Hay entonces algo más profundo que la casa natal, algo que en un libro se llama la casa onírica, la casa de nuestros sueños.Si se quiere enseñar, radiodifundir el ensueño, y llegar a un público, pongámoslo en una casa, en un rincón de esta casa, en un reducto, tal vez en el desván, tal vez en el sótano, tal vez en un corredor, en algo sumamente modesto, pues hay un principio de ensoñación: se trata del principio de la modestia del refugio.En su libro Le Vieux Serviteur, Henri Bachelin recuerda su vida de infancia, aquella pequeña casa cuyo dueño no es papá Bachelin, un hombre de jornal. Hay un sótano con sapos, un desván con ratas. Cae la noche. Es la noche de invierno en que se crea, precisamente el principio de intimidad. El autor explica todo el encanto de oír roncar la estufa. Y pronuncia estas grandes palabras: ”Tenía la impresión de estar en una cabaña de carbonero. Estaba en una casa bien construida, donde desde luego había lo necesario para sentirse tranquilo, para estar muy feliz y al abrigo.” Pero no; estaba en la cabaña de carbonero y agrega: “Me gustaba soñar.” Estaba en una ciudad pequeña donde no había lobos, pero a él le gustaba soñar con el lobo “que venía a rascar el quicio de granito de la casa”.En verdad existe un principio de interioridad. Se necesita encontrar algo enteramente modesto, pobre. Séneca hablaba de un dormitorio de pobre: él no podía hacer filosofía en el palacio de Nerón, él iba a hacerla en un dormitorio donde se acostaba sobre la paja, y era así como enseñaba el estoicismo.Más aún, Charles Baudoin informa que las vacas se vuelven neurasténicas cuando los establos tienen demasiada luz. Necesitan un buen establo donde todavía haya telas de araña en los vidrios. Sin lo cual no dan buena leche. La vaca también tiene un principio de interioridad. Quiere su casa, ese modesto medio profundo donde vive el inconsciente.En ese medio modesto, en el dormitorio de pobre de Séneca, hay que hacer soñar al oyente. Hay que darle ese tipo de ensueño. Poco a poco, oye, pero no escucha más. La voz del locutor lo empuja detrás de los hombros y le dice: “Ve, ve al fondo de ti mismo. Por mi parte, sigo mi camino, pero no exactamente así. Mi pueblo era soleado, pero yo busqué rincones de sombra. Entramos en la noche: empezamos precisamente el camino de los sueños.”La radio da al oyente la impresión de un reposo absoluto, de un reposo arraigado. El hombre es una planta que se puede transplantar, pero siempre es necesario que eche raíces. Ha echado raíces en la imagen presentada por el locutor. Hará florecer una flor humana. Sabrá, precisamente, que posee un inconsciente. Se le acaban de traducir cosas claras en una forma oscura. Es necesario buscar un poco lo oscuro. En un texto como este: “Busco a mi madre y te encuentro a ti, oh casa”, hay un sentido de calor intimo conservado. Estamos en presencia de un arquetipo.¿Está la radio provista de esa posibilidad de transmitir arquetipos? ¿No estaría más calificado en un libro? Probablemente no: un libro es algo que se cierra, que se vuelve a abrir, que no viene a nuestro encuentro en la soledad, que no viene a imponernos su soledad. Por el contrario, la radio está segura de imponernos soledades. No siempre naturalmente. No se trata de escuchar ese tipo de emisiones en una sala de baile, en un salón. Habría que escucharlo no digamos en una choza, sería pedir demasiado, sino en una habitación solitaria, a la hora de la noche en que se tiene el derecho y el deber de llenarse de calma y de reposo. La radio tiene todo lo necesario para hablar en la soledad. No tiene necesidad de rostro alguno.El oyente se encuentra ante un aparato. Se encuentra en una soledad aún no constituida. La radio viene a constituirla, en torno a una imagen que no es suya, que es de todo el mundo, a una imagen que es humana, que está en todos los psiquismos humanos. Nada de pintoresco, nada de diversión. La imagen viene tras unos sonidos, unos sonidos bien hechos.De ese modo podría tratarse el problema del insomnio: “¡Ah! ¡Cállese! No hable de su vecino, no hable de su mujer, ni de sus superiores, ni tampoco de sus inferiores. Vuelva a si mismo, alimente la poesía de sus arquetipos, venga a sus raíces. Va usted a dormir. Está precisamente en el plano del sueño que empieza y pronto estará en el plano de los sueños profundos, de los sueños que no serán pesadillas si usted ha dado adecuadamente a los arquetipos la belleza que les conviene.“Vea usted, allí están los arquetipos, en esa especie de plano de la radio inconsciente. Por mi parte, tengo las nubes, tengo el fuego, tengo el río, tengo los pantanos- los pantanos son importantes-, tengo el bosque, para no tener miedo del bosque, donde lo acostumbrado es perderse; la floresta materna puede acogerlo, o al menos acogerlo por una noche: en el bosque no hay lobos.”La radio está en verdad en posesión de extraordinarios sueños de vigilia. “Pero entonces, dirán algunos, ¿a quién servirá todo eso?” Evidentemente, a quienes lo necesitan. “¿A que hora hay que ponerlo? Por mi parte, tiene que ser a las ocho y media, porque yo me acuesto a las nueve.” Para los noctámbulos habría que ponerlo un poco más tarde, aunque los noctámbulos llevan todavía una vida tan agitada que aún no son capaces de recibir una buena filosofía del reposo. Así, habrá que cambiar de hora diariamente. Los lunes a las ocho y media; los martes a las nueve; el fin de semana a eso de las diez y media. Con ese sistema, cada quien tendrá cuando menos modo de dormir una buena noche por semana.Y si los ingenieros psíquicos de la radio son poetas que quieren el bien de la humanidad, la ternura del corazón, la dicha de amar, la fidelidad sensual del amor, prepararán buenas noches a sus radioescuchas.La radio debe hablar de la noche a las almas desdichadas, a las almas profundas: “No se trata de entrar en el mundo nocturno que tu vas a escoger.”
(*) Del libro: El derecho a soñar de Gaston Bachelard
LOS SONIDOS DEL MUNDO
(*)Carlos Castaneda

Inicié el ejercicio de escuchar los “sonidos del mundo” y lo prolongue por dos meses, como Don Juan había especificado. Al principio resultaba torturante escuchar y no mirar, pero todavía peor era el no hablar conmigo mismo. Al finalizar los dos meses yo era capaz de suspender mi diálogo interno durante períodos cortos, y también de prestar atención a los sonidos… Escuché con atención. Estaba sentado con la espalda contra el costado rocoso del cerro. Experimentaba un entumecimiento leve. Don Juan me advirtió que no cerrara los ojos. Empecé a escuchar y pude discernir silbidos de pájaros, el viento agitando las hojas, zumbido de insectos. Al colocar mi atención unitaria en esos sonidos, pude distinguir cuatro tipos de diferentes de silbidos. Podía diferenciar las velocidades del viento, en términos de lento o rápido; también oía el distinto crujir de tres tipos de hojas. Los zumbidos de los insectos eran asombrosos. Había tantos que no me era posible contarlos ni diferenciarlos correctamente. Me hallaba sumergido en un extraño mundo sonoro, como nunca en mi vida. Empecé a deslizarme hacia la derecha. Don Juan hizo un movimiento para detenerme, pero me frené antes de que él lo hiciera. Me enderecé y volví a sentirme erecto. Don Juan movió mi cuerpo hasta apoyarme en una grieta en la pared de la roca. Despejó de piedras el espacio y puso mi nuca contra la roca. Repitió una y otra vez que toda mi atención debía concentrarse en mi oído. Los sonidos recobraron prominencia. No era tanto que yo quisiese oírlos; más bien, tenían un modo de forzarme a concentrarme en ellos. El viento sacudía las hojas. El viento llegaba por encima de los árboles y luego caía en el valle donde estábamos. Al caer, tocaba primero las hojas de los árboles altos: hacían un sonido peculiar que me pareció rico, rasposo, exuberante. Luego el viento daba contra los arbustos, cuyas hojas sonaban como una multitud de cosas pequeñas; era un sonido casi melodioso, muy absorbente e impositivo; parecía capaz de ahogar todo lo otro. Me resulto desagradable. Me sentí apenado porque se me ocurrió que yo era como el crujir de lo arbustos, regañón y exigente. El sonido era tan semejante a mí que yo lo odiaba. Luego oí el viento rodar en el suelo. No era un crepitar sino más bien un silbido, casi un timbrar agudo o un zumbido llano. Escuchando los sonidos que hacía el viento, advertí que los tres ocurrían al mismo tiempo. Estaba pensando como fui capaz de aislarlos, cuando de nuevo me di cuenta del silbar de pájaros y el zumbar de insectos. En cierto instante, sin embargo, solo había los sonidos del viento, pero al siguiente, otros sonidos brotaron en gigantesco fluir a mi campo de atención. Lógicamente, todos los sonidos existentes deben de haberse emitido de continuo durante el tiempo en que yo sólo oía el viento. No podía contar todos los silbidos de pájaros o zumbidos de insectos, pero me hallaba convencido de que estaba escuchando cada sonido individual en el momento en que se producía. Juntos creaban un orden de lo más extraordinario. No puedo llamarlo otra cosa que “orden”. Era un orden de sonidos que tenían un diseño; es decir, cada sonido ocurría en secuencia. Entonces oí un peculiar lamento prolongado. Me hizo temblar. Todos los otros ruidos cesaron en un instante, y hubo completo silencio mientras la reverberación del gemido alcanzaba los límites extremos del valle; después recomenzaron los ruidos. De inmediato capté su diseño. Tras escuchar con atención un momento, creí entender la recomendación que Don Juan me hizo de buscar agujeros entre los sonidos. ¡El diseño de los ruidos contenía un espacio entre un sonido y otro! Por ejemplo, los cantos de ciertos pájaros tenían sus tiempos y sus pausas, y de igual manera todos demás sonidos que yo percibía. El crujir de las hojas era la goma que los unificaba en un zumbido homogéneo. El hecho era que el tiempo de cada sonido formaba una unidad en la pauta sonora general. Así, los espacios o pausas entre sonidos eran, si uno se fijaba, hoyos en una estructura.
(*) Extraído del libro: Una realidad aparte de Carlos Castaneda Transcripción: ASRAV
EL ARTE SONORO Y EL RADIOARTE COMO GÉNEROS ARTÍSTICOS DE LA CONTEMPORANEIDAD.
Autor: Jorge Gómez

Es conveniente resaltar que el término Arte Sonoro es una acepción del siglo XX y significativamente, más de su segunda mitad. Este género amplió sus territorios de significación más allá de la interpretación y creación musicales e igualmente se abre a otros contenidos, estrategias y organizaciones, expandiendo en algunas ocasiones los límites históricos de la música. Ante el vertiginoso avance de las tecnologías que han permitido la grabación y manipulación del sonido nunca antes alcanzada, surgieron primero en Europa y luego en todo el mundo creadores e instituciones que han producido un gran número de obras, recibiendo el reconocimiento del público y el análisis de los especialistas y críticos, si bien a nivel cualitativo ya que estas obras exigen mucho del escucha, quien como en ningún otro caso, debe ser un auténtico cómplice y receptor de las obras que se le ofrecen.

Arte interdisciplinario por excelencia, el Arte Sonoro está vinculado a aquello que se puede denominar Arte de los Media, pues está estrechamente asociado a la historia de un poderoso diseminador: La Radio. Podemos tomar la definición del dramaturgo alemán Klaus Schöning:

“Arte Sonoro: Universo del lenguaje, universo de sonido y de ruido. Lenguaje que tiende a ser sonido, sonido del lenguaje, música, totalidad sonora, mundo acústico. Simbiosis del universo de lenguaje-ruido, organización sonora por medio de la técnica. Como oído sensible que registra: un micrófono. Como soporte se sonido: banda sonora, cassette, disco, microchip. Como boca: una corneta. Una de sus utopías: un espacio de escucha accesible a todos: la Radio.”

La creación del término Arte Sonoro en los años 70 por este dramaturgo, posibilitó la distinción de un método particular, de un material estético, o de la forma de otros tipos de Radioarte y Audioarte. Es claro que los intentos de crear Arte Acústico y posteriormente Radioarte, se remontan a los inicios del medio Radiofónico, incluso antes. En 1923 la Radio alemana se convertirá en un medio privilegiado, rico en experimentaciones y propuestas estéticas como el Hörspiel (Radiodramas o Radioteatros, también este término significa literalmente juego para el oído), que probó en el transcurso de la historia, ser la plataforma más apta para un Arte Sonoro distinto de la música y que ubican a la Radio alemana en la actualidad a la vanguardia Radiofónica mundial.

La convivencia en el medio técnico Radio y las realizadas por los artistas modernos de las primeras décadas del siglo XX, tuvieron su apogeo entre los años 1929 y 1935. Se puede afirmar ciertamente que el Arte Sonoro es una consecuencia directa de la intervención de las vanguardias históricas europeas. En el artículo “La Radia” publicado en 1933 por los italianos Filippo Tomasso Marinetti y Pino Masnata, creadores entre otros del movimiento Futurista, ya avizoraban las potencialidades creativas de la Radio, que vendrían a concretarse en las últimas décadas del siglo XX. En el artículo citado, Marinetti defendía a la Radio como “un nuevo arte que comienza donde cesa el teatro, el cine y la narración.”

Los futuristas fueron lo promotores iniciales del Arte Sonoro en la Radio, fue un movimiento artístico que rindió homenaje al dinamismo de las nuevas máquinas que anunciaban con sus ruidos un futuro prometedor; la radio formando parte de este progreso tecnológico resulta un medio atractivo para muchos artistas. La Radio es un organismo vivo, cambiante, lleno de sensaciones que se trasmiten por un espacio que se extiende al cosmos (espacio electrónico) en un tiempo veloz que se desvanece en la globalidad de las acciones simultáneas. Tendríamos que hacer notar que la materia con la cual trabaja la Radio es el sonido, por lo tanto el Radioarte es el ordenamiento estético del sonido que se desarrolla o expresa en el espacio electrónico de la Radiodifusión.

Desafortunadamente la Radio desde sus inicios ha sido casi siempre definida como un medio de información inmediata, un simple tocadiscos publicitario de programación musical, o un supermercado de productos, es decir funcional. Pero este medio con su materia sonora tiene un aspecto de intervención artística que requiere una escucha cómplice y reflexiva de parte de unos oyentes anónimos que pueden obtener algo más que una escucha pasiva y alienada.
Antecedentes tecnológicos y primeras experimentaciones históricas
El fonógrafo y el grabador de imágenes en un filme son prerrequisitos para el desarrollo de dos nuevos medios: el Arte Sonoro y el Cine. Dos grandes cineastas fueron responsables para establecer la base para el Arte Sonoro en la Radio: el ruso Dziga Vertov y el alemán Walter Ruttmann. En 1916 el primero inauguraba un laboratorio de la escucha donde producía documentales y música. Hablaba de “sonidos y ruidos fotográficos” y de “cine de Radio”, “los ojos de Radio” o “film de Radio” o “cine acústico hablado”, términos también utilizados en la época de la Radio en los años XX en Alemania. Pero fue Ruttmann quien transfirió el arte del montaje del cine para el Arte Sonoro, en una época cuando la edición de cinta era desconocida. Usó una pista sonora de celuloide para transportar los sonidos de su obra ”Week End” empleando una edición de grabaciones acústicas para un montaje, exactamente como una película, evidenciando su habilidad como artista del collage sonoro.

Al final de los años XX la estética para montaje de películas y la estética del Arte Sonoro, habían alcanzado un nivel de calidad muy superior a aquella lograda por la narrativa para Radio. Un lenguaje de Arte Sonoro estaba comenzando a surgir.

La base teórica, de lo que sería más tarde este género, la encontramos desde 1913 en el libro del compositor futurista italiano Luiggi Russolo: L´Arte dei Rumori (El Arte de los Ruidos.), quien fue uno de los primeros en incorporar los ruidos como principal materia sonora en la composición musical.

No por coincidencia, figuras como Orson Welles, Bertolt Brecht, Antonin Artaud, Walter Benjamin Samuel Beckett, Pierre Shaeffer, Glenn Gould, John Cage, Dylan Thomas, Kurt Weill, entre tantos otros, han reconocido la fuerza de la Radio como instrumento de creación artística y todos ellos realizaron obras de Arte Radiofónico. Por cierto en el año 1925 Kurt Weill, quien también imaginaba la existencia de un Radioarte absoluto, con el cual se brindarían a los ritmos y melodías de la música, nuevos sonidos naturales de agua o viento y sonidos artificiales generados por la manipulación de frecuencias ante el micrófono. En ese año escribió: “Buscar a través de todo el paisaje sonoro las fuentes y los medios – indiferentes a si pueden ser llamados o no sonidos o música- para estructurar el arte de uno mismo”

Marshall McLuhan dijo acerca de la Radio que es: “la prolongación de nuestro sistema nervioso central, a la que solo iguala el habla humana y que ella nos fusiona con su poder de convertir a la psique y a la sociedad en una sola caja de resonancia”

Pero es preciso que nos detengamos aquí y comprendamos que las prácticas extra-radiofónicas también darán impulso al Arte Sonoro.

Evidentemente, el residuo acústico de una “acción” artística o de un “Performance”, pueden ser considerados obras de Arte Sonoro, si así lo decide su autor (s) o si la sociedad pasa, en un momento dado a “artistificarlo” en esa dirección. Y la tecnología puede estar ausente de ese proceso, a no ser a efectos de puro registro. Pero lo que ha venido caracterizando, salvo contadas excepciones como las apuntadas, el despegue de las distintas concepciones de Arte Sonoro es, la tecnología electrónica: la electromecánica de grabación, manipulación y reproducción, la electromecánica de transmisión y recepción de señales a distancia, la electrónica analógica y, más recientemente, la digital. Con la evolución de la tecnología no solo se ha podido fijar el sonido, sino considerarlo tan objetual como un bloque de madera o de mármol. Así el artista sonoro recurre a estrategias de organización, captación o manipulación de esos objetos que transgredían la práctica ortodoxa de la música, como a aquellas que vinculaban su trabajo al rodaje o montaje cinematográfico, al reportaje, el Performance, la ocupación instalativa en un espacio, la coreografía, la poesía o el teatro.

Ya el compositor canadiense, padre del concepto de Ecología Sonora Murray Schafer afirma:

“Los tres mecanismos sonoros más importantes de la Revolución Eléctrica fueron el teléfono, el fonógrafo y la Radio. Con el teléfono y la Radio, el sonido no estuvo por más tiempo atado al punto que inicialmente ocupaba en el espacio; con el fonógrafo, fue liberado de su posición en el tiempo.”

Definir el Arte Sonoro y sus límites es pues, tener en cuenta todo lo anterior, y no solo eso, sino la aplicación de esas prácticas y sus consecuencias a otras disciplinas artísticas (video), soportes (CD ROM) o medios (Radio-TV., nuevas redes informáticas). El estado actual nos permite definir al Arte Sonoro como arte que emplea el sonido como materia sensible., es decir:

La organización temporal o espacio-temporal de los objetos sonoros, con intencionalidad artística”

Esta última consideración nos remite al Arte Electrónico. Ese apelativo designa a todas las obras de arte posibilitadas por la tecnología electrónica en cualquiera de sus fases de creación, producción y exhibición. En este sentido, son obras asignables a esta categoría tanto las manifestaciones visuales y sonoras surgidas en las redes electrónicas de comunicación- TV., Radio, Teléfono, Internet- como las esculturas interactivas, las instalaciones que emplean la tecnología electrónica, el arte cibernético, la infografía, la electrografía, el arte multimedia o las video-esculturas. La diversidad pues, de productos artísticos que se insertan en ese término tiene tan sólo en común el empleo que en ellos se hace de la tecnología electrónica. Por esa razón el Radioarte forma parte del Arte Electrónico.

Dentro de las piezas de sonido organizado que conforman el conjunto del Arte Sonoro no sólo se encuentran las piezas musicales sino también: La Instalación Sonora, El Paisaje Sonoro, El Radioarte-Performance, El Paseo Sonoro, La Poesía Sonora, La Acción Sonora, El Radioarte On Line-On Air-On Site, El Hörspiel, El Feature, La Postal Radiofónica, etc.
© Derechos Reservados. 2007

Jorge Gómez Aponte

Músico, Artista Sonoro, Radioasta, Productor Radiofónico de los Programas Espacio Antiguo, Red 23 y Oír es Ver, transmitidos en la Emisora Cultural de Caracas 97.7 FM Stereo y en Jazz 95.5 FM. Ha representado a Venezuela como jurado en la Bienal Internacional de Radio en México. Ganador del Primer Premio en el género de Programas Musicales en dicha Bienal en el 2006. Profesor de Arte Sonoro en el Instituto Universitario de Artes Plásticas Armando Reverón.

DISCO ARS SONUS




ARTE SONORO Y RADIOARTE DE VENEZUELA

Arte Sonoro y Radioarte de Venezuela (ASRAV) emerge con la intención divulgativa, pedagógica y artística de propiciar el desarrollo del Arte Sonoro en Venezuela. Como hecho fundamental ha sido la edición en el año 2008 del primer disco de Arte Sonoro y Radioarte de Venezuela titulado “Ars Sonus” que contiene las obras de ocho artistas sonoros locales, gracias al apoyo de la Embajada de España en Venezuela.
También ha sido la creación del programa “Oír es Ver” pionero en el Arte Sonoro y Radioarte en el país desde el año 1998 en la Emisora Cultural de Caracas y Jazz 95.5 FM Stereo. Igualmente la creación de la materia de Arte Sonoro en el pensum de la Universidad Nacional Experimental de la Artes (UNEARTE) desde el año 2006.