1/1/09

MICRÓFONO PRIVADO EN FUNCIONES UNIVERSALES
Ramón Gómez de la Serna

Hace tiempo era mi sueño tener un micrófono particular, pero necesitaba estar curado de las inquietudes viajeras para dedicarse a ese sagrado extensorio de la palabra.
Hoy, ya tengo establecido el micrófono de mis ilusiones y me siento como sacerdote de la diosa radio, esa diosa ante la que me prosterné hace años, desde el día de su advenimiento.
En mis tarjetas, aunque yo nunca puse ningún cargo, escribiré bajo mi nombre, en destacada letra cursiva:

“Poseedor de un micrófono privado en funciones universales”

Ese título rimbombante me obliga a mucho, a una vigilancia sin tregua y a un deber apretado de responsabilidades.
Es el primer micrófono íntimo y permanente que posee un escritor con enlace a la estación central y con derecho a intervenir en medio de las emisiones.
Con este micrófono en la soledad y el silencio de la casa en que vivo solo, la confesión periodística y literaria habrá llegado al mínimo de la intimidad. El diario del escritor me habrá sobrepujado, convirtiéndose en un género nuevo, la confesión, la glosa, el comentario tembloroso de una emoción recién experimentada, tendrá un ambiente reservado, meditativo, cual de voz de la conciencia, en vela brotando de la espontaneidad del silencio a la amplificación, tanto como supremo canto de agonía, como trémula ampliación sin retardos de intermediaciones.
Un día relataré el extremo de la obra excepcional entre la misma marcha de los acontecimientos corriendo del teatro a mi casa, para dar a la onda mis notas apresuradas entre el segundo acto y lo que me pueda suponer del tercero. Otro día, al grande hombre que muera a la media noche, tendrá su necrología inmediata con lirismo de primera oración sobre un cadáver, cuando aún nada de las ondas etéreas próximas a una que mueva mi palabra, pudiéndome oír por lo tanto; otro día pondré en mi gramófono ese disco regalado en las tiendas de por acá; otro día radiaré la conversación con aire de entrevista que la casualidad me lleve a sostener en mi despacho con alguna visita interesante, otro día daré a la llave del micrófono para dar la psicología comparada de los gallineros o el estudio comparado de los tic-tac como ejemplo, hasta del reloj despertador; otro día abriré ante el micrófono fraterno, las hojas de algún libro excepcional y leeré la página mejor; otro día cargaré los sobres de mi correo frente al aparato clarividente o leeré las cartas interesantes que ya he recibido y alguna noche, aún no levantados con manteles de banquete literario, contaré lo que haya sucedido en él.
Así mismo, glosaré el color del día extraño, la nevada cuando se esté poniendo como guedejas blancas en las ondas, la impresión de una de esas horas que no se parecen a las de las demás noches, al cometa que acaba de cruzar por el cielo, como lo que se mira por mi balcón, lo recién presenciado o recién sucedido. Mi voz será como la voz de la intimidad y de la conciencia, dando los últimos alcances del mundo, para lo que lanzaré los más urgentes “¿qué pasa?” por mi teléfono. La bagatela reunida con lo trascendental, y un día quizás radíe mi último suspiro.
Obliga a mucho el tener este micrófono personal o intransferible, que soy mi primer mentor que posea y por el que me preguntan todos como por el hijo predilecto de mis soledades: ….¿y como va ese micrófono? ……………………


RAMON GOMEZ DE LA SERNA, MICROFONO PRIVADO EN FUNCIONES UNIVERSALES, 1930
Nuestro ilustre colaborador explicará a los lectores de esta revista las ”funciones del micrófono privado” que ha modulado Unión Radio en el despacho particular del gran humorista.
Ramón Gómez de la Serna desde su taller de greguerías, lanzará al espacio durante la emisión de la noche, “el parte del día” destacando la noticia de última hora, el comentario que le sugiera la actualidad, las impresiones fugaces de una carta recibida durante aquél día; de las primeras notas de un estreno importante y, en fin de todo aquello que en la extraordinaria sensibilidad del cronista fluye rápidamente para que llegue a los oídos de los radioyentes, como la noticia que no se espera y que, sin embargo sabiendo que Unión Radio tiene un “cronista de guardia”, la aguardará con esa importancia propia de los que desean una voz que hasta en el silencio tiene un eco vibrante.

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